Mostrando entradas con la etiqueta gran polo patriotico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta gran polo patriotico. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de marzo de 2013

Art. de Opinión: ¿Sembrando en el yermo?

Rodolfo Montes de Oca

Hacer activismo anarquista en Anzoátegui parece un proceso complejo y sometido a las contradicciones en muchos casos, el hecho de ser un estado productor de materia prima para una nación corporativista, donde los deberes y favores están supeditados a la obediencia partidista y ha trabajar única y exclusivamente para el gran padrote del estadal, PDVSA. Dueño y señor del poder adquisitivo y de los puestos de empleo.

Pero no hay que dejarse engañar, hacer propaganda y agitar por la anarquía en Anzoátegui no es cosa fácil, pero tampoco es imposible, durante mucho tiempo estas tierras fueron foco continuo de las ideas de extrema izquierda de Venezuela, en sus montañas el Frente Américo Silva de Bandera Roja se movía con fuerza y logro mantenerse hasta la década de los noventa cuando se desmovilizan llamados por ese invento neo-marxista de “poder popular”.

Autores de reconocida trayectoria como Rodolfo Quinteros reconocen que las ideas de izquierda radical calaron con especial interés dentro del proletariado petrolero que se desarrollo en la región. Lo que pone de manifiesto de que en estas tierras de costa siempre ha sido una zona donde poder construir y sedimentar nuestras ideas.

Pero para esto los compañero/as deben repartir responsabilidades y saber donde hacer incidencia. Por ejemplo, ha ser un estado monoproducto y con una clara sumisión con relación al Estado, es fácil culpar de los desperfectos al poder por que depende totalmente de su gestión. Si se va la luz, obviamente es culpa del poder centralizado, si no hay agua en estas zonas áridas es obviamente culpa del Estado y me refiero a Estado en forma amplia (Gran Polo Patriótico y Mesa de la Unidad Democrática) que son caimanes del mismo caño.

Otra propuesta es que al ser la industria petrolera el factor de empleo en la zona, los desastres ambientales y de contaminación están a la orden del día, es público y notorio el hecho de que la extracción de petrolero en masa, genera unos procesos de contaminación irreversibles que afecta a todos sus habitantes. Un ejemplo de ello es Tacabaña donde la población Kariña ahora sometido a un infamante chantaje sin precedente por parte de PDVSA y sus órganos de gestión. Por lo cual, la articulación de procesos ecológicos sustentables es viable en la región, demostrándole a la comunidad que se puede vivir de una forma antagónica al Estado. Permacultura, ciclovias, comunidades agro-ecológicas sustentables pueden ser algunas ideas a consolidar.

Aunque  Anzoátegui es un territorio inter-tropical muchas veces usadas para el pastoreo, también es un espacio propicio para la siembra y cultivo de la tierra que no solo nos de de comer si no que nos sirva para intercambiar, en la región se puede cultivar Maní, batata, ocumo, yuca, ñame, maíz y aceituno. Una siembra libertaria puede ser una buena propuesta, en Venezuela no existen huertos anarquistas, ¿Por qué no lo intentamos?

Si no podemos con PDVSA, ¿Por qué no nos involucramos con ella?, el día que podamos detener la oprobiosa industria petrolera, convocar una huelga general revolucionaria y detener los flujos petroleros que alimentan la maquinaria capitalista mundial, estaremos haciendo la insurrección anarquista.

Para finalizar, frente a las costas de Anzoátegui hay varias islas, las Chimaras, las Borrachas, las Picúdas, Del Mono, Tiqui-Tiqui, Cachicamo, Prenita, la Querica, Chimana, De Plata, las isletas de Píritu y el Faro. Todas ricas en belleza y fauna, ¿Cuántos compas se anima? A irse a vivir a estos paraísos y construir pequeños bastiones de rebeldía como hicieron los piratas hace siglos en Libertalia, Tortuga y otros lados, compartiendo fortunas y penurias con cachapa y asopado a la orilla de la playa. En cualquiera de estas propuestas y aventuras con gusto yo me anoto.    

Art. de Opinión: Irothatheri, El desgarrador grito de la barbarie


Rodolfo Montes de Oca

El pasado 27 de agosto del presente año, un grupo de yanomamis introdujeron en la Defensoría del Pueblo del Estado Amazona, una denuncia sobre la incursión armada de garimpeiros (mineros brasileros) en la comunidad de Irothatheri en el Alto Orinoco que se saldo con la muerte de 80 yanomamis que fueron incinerados por los agresores.

Esta dantesca acción, fue la culminación de una serie de escaramuzas por parte de los garimpeiros contra sus habituales adversarios, los yanomamis, los cuales se oponen a la erosión de la tierra para buscar oro y a la contaminación con mercurio de sus aguas.

Esta matanza sin precedente nos trae a la reminiscencia los sucesos de la masacre de Haximú en 1993, en la cual fueron vilmente asesinados un número indeterminado de yanomamis ante la sigilosa mirada cómplice del gobierno de turno.  

Esta masacre sin parangón en la historia republicana, ha pasado casi desapercibida ante los ojos de una colérica sociedad venezolana que para el momento de los hechos se encontraba enfrascada en una pugna electoral inter-burguesa. Los medios de comunicación oficiales y opositores, las maquinarias partidistas y las organizaciones de Derechos Humanos hicieron escuetos pronunciamientos sobre lo sucedido, sin traer a colación la sosegada movilización gubernamental en tratar de hallar responsables.

Esta dinámica anti-humana solo pone de relieve la imperiosa necesidad que tienen los pueblos originarios de generar dinámicas propias y un discurso ajeno a las predicas oficiales, rechazando un paternalismo estatal que las petrifica y acalla, convirtiéndolas en mendigas de los gobernantes del Gran Polo Patriótico o de la Mesa de la Unidad Democrática, que solo ven en ellas una molestosa carga debido a que no votan, ni pagan impuestos. El silencio por parte del establishment solo nos da a entender su complicidad con los asesinos.     

Los yanomamis como pueblo que habita en la región de la amazonia es uno de los mas avanzados en el continente en cuanto a su armoniosa relación con la naturaleza y sus practicas ajenas a la civilización occidental. La negra leyenda que se vierte sobre ellos, como un pueblo nómada y salvaje son producto de una mentalidad eurocentrista que les ha perjudicado.

La crianza de la infancia de forma mancomunada, la colectividad de los medios de producción y consumo, la convivencia a través de los shabono, el respeto del eco-sistema, el desinterés por el comercio y la tecnología, así como el mando transitorio y sin privilegios, son algunos de los rasgos antropológicos que hacen del pueblo yanomami una sociedad afín a la anarquía.

Es por ello que el movimiento libertario debe pronunciarse y cooperar activamente con los pueblos de la amazonia, buscando puntos de encuentro y de asistencia reciproca, aprendiendo de su organización social, generando complicidad y reconocimiento entre ambas formas de vida que tiene mucho en común.

La solidaridad con ellos no solo debe ser palabra escrita. Es hora de exigir investigaciones y que se de con los responsables, es hora de unir las luchas de los pueblos yukpas y yanomamis. Así como de terminas de desenmascarar un falso discurso oficial que solo se beneficia de los pueblos originarios.

Que cada 12 de Octubre no sea otra fecha de jubileo para la Administración Pública, sino un recordatorio de los que no están y de sus luchas por existir.