Rodolfo
Montes de Oca
El pasado 10 de
Junio de 2011, la
Comisión Permanente de Participación Ciudadana y Medios de
Comunicación de la Asamblea Nacional propuso el proyecto de Ley de Medios
Comunitarios y Alternativos, que pretende la distribución equitativa del uso
del espectro radioeléctrico con un 33.33% para el sector comunitario
alternativo. Sin embargo mas allá de las alabanzas del PSUV y del oportunista silencio
de la MUD , esta
propuesta tiene varias aristas que debemos analizar.
Para comenzar existe
una flagrante contradicción entre los principios y postulados que pretende el
citado anteproyecto de ley, sobre ello en el Art. 3 y 4, aparte de un conglomerado
de adjetivos “progresistas” podemos
encontrar que se les impone “la defensa
del estado de legalidad”, poniendo en evidencia que los medios comunitarios
deben someterse sin chistar al orden vigente, lo que coarta su beligerancia y
autonomía, mientras que promueven slogans como “la otra comunicación” de lo cual no existe un desarrollo
teórico-práctico real.
En el Art. 5 al
definir los sujetos que serán afectados por esta ley, se deja sentado que la
radio y televisión comunitaria deben estar inscritas y regularizadas por
CONATEL, esto se repite en el Art. 7 cuando se les obliga a cumplir con todos
los requisitos que establece en la
Ley Orgánica de Telecomunicaciones, su Reglamento y en
otras disposiciones jurídicas sobre este particular. Mientras que para los
medios impresos se crea la obligación de estar inscrito en la Biblioteca Nacional.
El Art. 6,
referente a colectivos, grupos o tendencias que manejen medios de difusión, los
cataloga como “Operadoras de Medios
Comunitarios Alternativos y la Comunicación Popular ” a las que se da
personalidad jurídica con el modelo y principio rector para organizarse de la democracia participativa y
protagónica establecido en la
Constitución , excluyendo otros mecanismos mas acordes con los
medios comunitarios como la democracia directa. Además, se impone una
estructura de asamblea, financiación, instancias electorales y disciplinarias
que fomentan la jerarquía y burocratización dentro de los colectivos de base.
En el Art. 11
referente a la formación de los denominados “operadores de comunicación” se genera un tutelaje estatal cuando se
establece que el “ministerio competente”
genera “los contenidos programáticos de
los Planes de Formación y Capacitación en este sector, a los efectos de su
sistematización y calificación técnica e ideopolítica idónea”, lo cual coarta
de tajo la autonomía individual y colectiva, la autoeducación y la capacidad de
que los medios de creación colectiva y popular bajo su practica generen sus
propias reflexiones y experiencias.
Quien paga la banda escoge la música
En el Art. 13
del anteproyecto de ley se establece la obligación de que cada “Municipio, Estado, Instituto Autónomo,
entidad ministerial, Empresa de Producción Social y toda expresión
institucional de la
Quinta República , destinará de su presupuesto anual,
apartado para publicidad, un porcentaje no menor al 50% para ser distribuido
con criterio de proporcionalidad, equidad, justicia y transparencia, vía
pauta de publicidad institucional, entre todos los Medios de Comunicación
Comunitarios”. Mientras que en el en el Art. 14 se establece la posibilidad
de que los medios comunitarios reciban un porcentaje por publicidad
capitalista. Esto violenta la finalidad
y origen de los medios comunitarios equiparándolos a los medios privados o estatales,
además de abrir la puerta para que los mismos no respondan a los intereses
colectivos que dicen representar, dadas las obligaciones que se generan hacia quien
paga las nominas y demás gastos.
Más adelante, el
Art. 16 - en el clásico “doble pensar”
acostumbrado por la oficialidad - expresa: “la
propaganda y el proselitismo político o religioso, tampoco
está permitida en los Medios de Comunicación Comunitarios
Alternativos”, un claro oxímoron debido a que es publico, notorio y
comunicacional que por lo general los voceros dependientes del Estado suelen
hacer apología política por su proyecto político; por consiguiente, es obvio
que los medios comunitarios a la larga se convertirán en propagandistas de la
actual administración.
Criticas puntuales
El presente anteproyecto de ley es un subproducto de lo que los ideólogos
del “socialismo del siglo XXI” han
denominado “pueblo legislador”, siendo
ampliamente defendida por la Asociación Nacional de Medios Comunitarios Libres
y Alternativos (ANMCLA) y por tinglados políticos como Comunidades al Mando,
entre otros. Sin embargo por omisión o
porque realmente no legislaron, al proyecto de ley le caben una serie de críticas
que expondremos a continuación:
1.- Una ley de marcado carácter urbano: con excepción de pequeños ejemplos
(radio Hato Arriba, entre otros) el espectro de acción de las radios
comunitarias esta focalizado en la zona costera y los grandes centros urbanos
(Vgr. Caracas) dejando un alto porcentaje de las regiones sin sus frecuencias.
2.-Excluye a los pueblos originarios: aunque se ha convertido en moda la
adecuación de los pueblos originarios a la normativa vigente, o en su defecto
la exaltación de la jurisdicción especial indígena, sin embargo en este
proyecto de ley nada dice con referencia a este segmento de la sociedad
venezolana, excluyéndolos de manera flagrante, ni generando la carga de que en
las zonas de connotado presencia indígena (Vgr. la Guajira o el Edo. Amazonas)
se pueda hacer programación en sus lenguas autóctonas que lentamente van
desapareciendo.
3.-Cooptación de la autonomía: la
excesiva burocratización, la rotulación de las dinámicas de comunicación
espontáneas y la sumisión presupuestaria que padecerán los medios comunitarios,
desvirtuarán de fondo y forma lo que son los mecanismos de difusión colectivos,
debido al exceso de intromisión estatal y de heteronomía de la voluntad
individual.
Qué proponemos
Más allá de lo anterior, como anarquistas consideramos que la capacidad
colectiva de comunicar inquietudes es un derecho natural de los seres humanos,
que no es ni debe ser positivizado por sus semejantes, por ello somos rabiosos
partidarios de los procesos de trasmisión de saberes que sean informales, sin
jerarquías, y que amparados bajo la autogestión como modelo de gestión, sean
capaces aquí y ahora de ser fieles voceros de sus realidades. Que abunden las
radios y televisoras piratas, los medios fotocopiados y los portales de
contra-información que con su goteo constante de información nos ayuden a
rebasar el vaso de la pasividad social.