De forma independiente y sin adherirme a los grupos convocantes decidí acudir junto a Rodrigo Pineda a la movilización del #1S como observador, de la cual concluyo lo siguiente:
• La actuación del Estado contra el derecho a manifestar evidencia ante el mundo el talante autoritario del gobierno. No existe antecedentes de una actitud tan represiva antes de realizar una movilización.
• Desde febrero de 2014 la población perdió el miedo, no es casual que el ejército se encuentre como una de las instituciones peor valoradas por el ciudadano.
• El grueso de los manifestantes esta marcando la agenda de una salida pacifica, concertada y a través de un referéndum revocatorio. Nos guste o no.
• Sigue siendo un error garrafal catalogar de “infiltrados” aquellos manifestantes que deciden pasar a la acción directa y deslegitimar las directrices de la MUD. ¡Todo el mundo tiene derecho a protestar de la forma que quiera y asumir sus riesgos!
• Sobre la base de lo anterior, sigue existiendo algunos actores de ciertos grupos de oposición que de forma irresponsable convocan tormentas y hechos de violencia para luego retirarse. La irresponsabilidad de estos enajenados es increíble. Si la convocas… la ejerces. Basta ya de estos “jetones” y “bocazas” que se igualan al inquilino de Miraflores en la capacidad de tener un verbo guerrerista que ha nadie espanta.
• Electoralmente, la oposición comenzó a ser mayoría desde el pasado 6-D. Con la movilización de hoy, se demostró que hablar de minoría gubernamental no es algo "circunstancial" sino la nueva realidad.
• Nos guste o no, los últimos años se ha consolidado un sujeto histórico que no responde a la clásica dicotomía de izquierdas y derechas, con el cual deberemos lidiar los anarquista. El grueso de los manifestantes son anti-gobierno pero no anti-sistema, queda de nosotros llevar esa masa crítica de la disconformidad a la ruptura; usando nuevos referentes y códigos de comunicaciones.
• Los vejámenes institucionales, la falta de representación de una oposición que no esconde las mismas ansias que sus adversarios, han hecho mella en algunos asistentes y el sentido de no ser parte de ello ha calado hondamente: “estoy aquí por mí, no por Ramos Allup” fue lo que se escucho.
No obstante como dice Caroline Ruiz: “el problema no es el 1 de septiembre sino el 2”.
No obstante como dice Caroline Ruiz: “el problema no es el 1 de septiembre sino el 2”.
Esto apenas comienza
