jueves, 17 de marzo de 2016

Alcedo Mora en Tumeremo: Sobre la desaparición forzada en Venezuela.

Rodolfo Montes de Oca

“Eso le paso a tu papa por estar hablando tanta pistolada…”
-Mensaje anónimo recibido por la familia Mora


El pasado 27 de febrero se cumplió un año de la desaparición forzada de Alcedo Mora en Mérida, supuestamente secuestrado por personas vinculadas a la extracción de gasolina del territorio nacional con destino a Colombia, con la anuencia y complicidad de trabajadores de PDVSA y funcionarios de la Gobernación de ese estado.

Su luctuoso “extravío” coincidió con la desaparición de 28 mineros en Tumeremo en el estado Bolívar, por parte de una banda delictiva dedicada al extractivismo de oro, con la posible anuencia de los cuerpos de seguridad municipales. No es casual que algunos sobrevivientes de este hecho informaran que había personas con chalecos antibalas y las siglas “Sebin” y “CICPC” impresos en sus pechos.

Ambos casos no solo son victimas de la política depredadora de un posible sector del oficialismo y del hampa, que se han dedicado a la extracción de commodities para enriquecer sus arcas personales. Resulta paradójico que una partida de galfaros pueda realizar una actividad extractivista de gran envergadura sin la anuencia y complicidad de las autoridades locales.

Esto nos lleva a plantearnos la posibilidad de que en Venezuela se este practicando la desaparición forzada de personas como una política de Estado. Según la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de las Naciones Unidas, en el artículo 2 se entiende por desaparición: “…el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley…”

Tal y como se desprende del párrafo anterior, la aquiescencia del Estado es una de las principales razones por lo cual podríamos hablar en estos casos de la desaparición forzada, debido a la precaria participación y escasos resultados arrojados por parte de los órganos judiciales.

Es necesario acotar que aunque el Ministerio Público se ha movilizado para determinar responsables y en ambos casos el Defensor del Pueblo se ha pronunciado, la misma es escueta y solo determina los responsables de los autores materiales y no los intelectuales. No se investiga de fondo la compleja maquinaria de bienes y personas que se debe poner en funcionamiento para extraer gandolas de gasolina en la frontera o para mantener campamentos donde se extrae oro que cuentan hasta con comedores.  

Hoy el nombre de Alcedo Mora se mezcla con el de 28 mineros y con los y los hermanos Esneider y Eliecer Vergel, todos ellos victimas de la política extractivista. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!