Rodolfo Montes de Oca
“Este Gobierno ha ido a un control
progresivo de la comunicación. Aunque no creo que haya tenido éxito en su
famosa política de la hegemonía comunicacional”
-Antonio
Pasquali-
Para 1999, con el inició de la Revolución Bolivariana
y del Chavismo como fuerza hegemónica, la presencia del Estado venezolano en el
espectro radioeléctrico se manifestaba solamente a través de una televisora
(VTV) y dos frecuencias de la Radio Nacional.
El espectro privado abarcaba la sintonía del país.
Por más de 30 años, RCTV[1] y
Venevisión (del grupo Cisneros) formaron el duopolio que impuso sus malas mañas
y peores hábitos en la televisión del país. Ese acuerdo tenía un carácter más
económico que político, y en varias ocasiones estuvieron enfrentados entre sí y
con el gobierno de turno.
Desde el advenimiento del modelo bolivariano con el apoyo de los medios
de comunicación privados, se inicia un proceso de disidencia por parte de los
antiguos socios, siendo estos quienes acaparan el espacio perdido por los
partidos políticos, sindicatos y grupos de opinión. Esto queda de manifiesto
durante el golpe de estado del 11 de abril de 2002, donde los canales y la
prensa escrita actuaron como agentes políticos para lograr su cometido de un
cambio administrativo.
Esta pugna fue superado por el estado, negando las concesiones otorgadas
a las operadoras privadas, como quedo plasmado en el cierre de RCTV en el 2006;
o la paulatina compra de medios de comunicación producto de los excedentes de
la renta petrolera que aumentaron considerablemente producto de los conflictos
bélicos del Medio Oriente. Como ocurrió con el canal Globovision, el periódico
El Universal y la Cadena Capriles.
Por su parte, el movimiento para establecer radios y TV's comunitarias,
que hace 10 años daba pasos esperanzadores hacia un modelo de comunicación
alternativa autónomo, se ha visto subyugado por el poder estatal a través del
control económico, pues la mayoría de las 167 radioemisoras y 28 televisoras
que hoy funcionan con la denominación de comunitarias viven por y para los
subsidios que reciben del gobierno (según la Asamblea Nacional ,
en 2006 recibieron 5,7 millardos de Bs., algo más de 2.650.000 dólares), de
manera que han tendido a convertirse en voceros oficiales y a repetir los
vicios comunicacionales que dicen cuestionar. Esto se vio exacerbado en 2011
con la promulgación de la Ley
para la Comunicación Popular
y Alternativa en el cual se establece la supervisión absoluta del Estado sobre
este tipo de iniciativas.
Hoy el gobierno chavista dispone
control directo sobre 8 estaciones de televisión (VTV, TVES, Vive TV, Telesur,
Ávila TV, TVFAN, Conciencia y ANTV), además de 2 circuitos radiales (Nacional y
YVKE Mundial) con 8 emisoras. Súmese a esto último la estatización sobre CANTV,
la mayor empresa proveedora de soporte para telecomunicaciones en el país.
Un dato importante, es que esta “hegemonía comunicacional” se ha logrado
con la anuencia y complicidad de factores económicos importantes como es el
caso de Gustavo Cisneros[2] y Wilmer
Ruperti[3], los
cuales han visto acrecentar sus arcas patrimoniales gracias al apoyo del
gobierno bolivariano.
Un dato importante, es la banalización y la reproducción de los valores
machistas, occidentales, homocéntricos y capitalistas que tienen estos canales
en manos del Estado, con lo cual se transmite los contenidos alienantes de los
grandes conglomerados de la comunicación pero con una estética y discurso
pseudorevolucionario. Es por ello, como podemos asistir con estupor a ver que
TVES tiene una programación similar a Venevisión, Telesur es el símil de CNN y
Conciencia el de Discovery Channel.
Desde la trinchera anarquista
La presencia de publicaciones anarquistas en Venezuela es de vieja data,
el primer periódico abiertamente libertario fue “El Obrero” que se publicó en
Caracas desde 1919 hasta 1920, salió diariamente y su meta era organizar una
central obrera similar a la CGT
francesa; sin embargo las discusiones del sorelismo revolucionario y los
planteamientos propiamente anarcosindicales ponen un coto a esta experiencia
impresa.
Con el exilio ibérico, se reactivó la impresión de prensa anarquista en
Venezuela, “Ruta”, “Fragua Social”, “Forve”, “SIA” e incluso la primera edición
de El Libertario[4].
Este periódico arriba en octubre a 20 años de existencia y de publicación ininterrumpida
bimensual, sorteando la censura y las estrecheces económicas que ha impuesto
una economía en constante decaimiento.
Solamente en el 2015, se estima que la inflación en Venezuela oscila par
el primer semestre entre 120% y 150%; lo cual supera en creces el año 2014, en
el cual la inflación acumulada de los últimos 2 años es de 124,7%. Esto se
manifiesta en que el gobierno tiene 9.174.142 personas viviendo en la pobreza extrema, con lo cual
cada 24 horas una familia venezolana entra al umbral de la marginalidad y de
seguir esta tendencia tendremos para finales de este año, el mimo número de
personas en la pobreza extrema que en 1999, que fue el año en que se inició el
proceso bolivariano.[5]
Sin embargo, este escenario paupérrimo y de escasez en materiales para
la impresión, producto del control cambiario, pone sobre la mesa la necesidad
de ocupar otros medios de comunicación 2.0 que no se habían empleado. Por ello
la presencia de ideas libertarias a través de Twitter, Instagram, Facebook,
Youtube, Periscope, Blogger, etc; es cada día más palpable producto del cerco
gubernamental. Un ejemplo es el portal Contrapoder[6], webhost
que brinda espacio a la comunidad anticapitalista del país.
La anarquía es un reto; cercados y vilipendiados, los libertarios en la
región seguiremos irreductibles a nuestros principios de liberación total,
generando discursos heterodoxos que agrieten la hegemonía bolivariana y
contradigan la oposición burguesa que solo pretende vivir de la renta
petrolera. Seguimos adelante, seguimos ingobernables.
[1] Radio Caracas Television (RCTV), es una compañía propiedad de Peter
Bottome, Marcel Granier, Alicia Phelps, Alberto Tovar Phelps y Guillermo Tucker
Arismendi. Su fundación, por parte del empresario William H. Phelps, fue
producto de un proceso de acumulación familiar de riqueza que se inició con la
exportación de café y se cristalizó en 1920 con la importación y comercialización
en el país de productos característicos de la revolución industrial: Máquinas
de coser Singer, Máquinas de escribir Underwood y automóviles Ford.
[2] Gustavo Cisneros nació en
Caracas en 1945, y según la revista Forbes posee una fortuna calculada en 6.000
millones de dólares estadounidenses, ubicándose en el nro. 119 en la lista de
los mayores magnates del mundo. Su riqueza proviene, principalmente, de sus
empresas de telecomunicaciones y afines, siendo las más importantes Venevisión
International, Venevision Productions, Movida en los Estados Unidos, y
Venevisión y Cervecería Regional, todas agrupadas bajo la tutela de la Organización Cisneros.
Además, es dueño del equipo de béisbol venezolano Leones del Caracas. Las
empresas que forman la
Organización Cisneros operan en más de 50 países en América,
Asia y Europa. Se calcula que 35.000 personas en los Estados Unidos trabajan
para el conglomerado.
[3] Wilmer Ruperti, tras su meteórico enriquecimiento a partir del paro
petrolero del año 2002, se ha dedicado al negocio de los medios de comunicación
inaugurando una TV de noticias y entretenimiento 24 horas, Canal I; comprando
el circuito radiofónico Radio Rumbos y un pequeño tabloide capitalino, el
Diario de Caracas, e intentado, infructuosamente, de adquirir uno de los
periódicos nacionales tradicionales de Venezuela: El Universal.
[4] El Libertario como publicación anarquista tiene tres etapas: 1) Fue la
que edito el exilio ibérico, solamente alcanzo un numero en 1960; 2) Desde 1982
hasta 1985 cuando se imprime bimensual por el Colectivo de Autogestión
Libertaria (CAL); 3) Desde 1995 hasta ahora, que es editado en un inicio por la Comisión de Relaciones
Anarquista (CRA) y luego por el Colectivo Editor del Libertario. Para mayor
información ayúdanos a imprimir el libro CONTRACORRIENTE: la historia del
movimiento anarquista en Venezuela (1811-1998)
[5] Estas cifran son parte de un estudio del Instituto Nacional de
Estadística, órgano oficial del Gobierno de la Republica Bolivariana
de Venezuela.
[6] Esta iniciativa del
militante galo Esteban Mejiaz, se puede visitar aquí: www.contrapoder.org.ve