En conversaciones sobre el origen del nombre del grupo,
Antonieta afirmaba que ante la partida de un ser querido producto del asesinato
de un funcionario “la familia debía dejar la privacidad del duelo, para exigir
de forma activa justicia para su hijo, sin resignación ni aceptación de un
asesinato que debe ser denunciado por injusto. Callar es hacerse cómplice de lo
injusto”
Esas palabras, tan difíciles de digerir retumbaron en mi
oído un 18 de enero de 2023, al enterarme de la muerte de un activista venezolano
en los Estados Unidos por defender el medio-ambiente.
Manuel Esteban Páez Terán fue un maracucho de 26 años,
inmigrante y activista eco-anarquista no binario, apodado por sus amigos como
“Tortuguita” en honor a su carácter pacífico y afable. Se graduó de psicólogo
magna cum laude en la Florida International University y durante un tiempo
colaboro en el proyecto Food Not Bombs, que entrega comida gratuita a personas
en situación de calle; así como apoyo la reconstrucción de casas de personas
afectadas por los huracanes que azotan con regularidad ese estado de la unión.
Después de la muerte de George Floyd en el 2020, se
involucró en las protestas ciudadanas para denunciar la brutalidad policial en
los Estados Unidos. No obstante, en su horizonte se encontraba oponerse a un
mega centro de entrenamiento policial que ocupará una zona boscosa del sur de
Atlanta, llamado Cop City.
Este proyecto desarrollista de seguridad, cuya extensión es
de 381 acres, lo que equivale a más de 60 campos de football, tiene un costo de
más de 60 millones de dólares, sin rendición de cuentas a la comunidad. Este
proyecto fomentara la militarización de la policía y generara un impacto
medioambiental negativo que afectara a todos los habitantes de Georgia, sobre
todo para las comunidades aledañas,
En protesta, Tortuguita formó parte del grupo de activistas que ocuparon Weelaunee o el South River Forest a las afuera de Atlanta. El sitio toma su nombre del cuerpo de agua que lo atraviesa, considerado como uno de los cuatro pulmones que mantiene la principal ciudad de Georgia; su cubierta arbórea y su sistema de raíces ayudan a filtrar el agua de lluvia y mitigar las inundaciones al funcionar como una esponja durante las fuertes tormentas.
Los ocupantes de Cop City convivían de forma cooperativa y
pacífica, respetando el medio ambiente, organizaban ollas comunitarias,
conciertos gratuitos, distribuían literatura y buscaban impactar lo menos
posible el bosque que defendían. Manuel Páez Terán era parte de esa experiencia
de vida, sus amigos recuerdan su interés por “ayudar a la comunidad QTBIPOC”,
haciendo referencia a las personas Queer, Transgénero, Indígenas y
Afrodescendiente; también fue reconocido como “un médico capacitado y un
compañero amoroso”.
El Buró de Investigaciones de Georgia (GBI, por sus siglas
en inglés) reportó el 20 de enero de 2023 que, durante la operación de desalojo
del campamento, Páez Terán tenía un arma en la mano cuando un agente de la
policía estatal recibió un disparo. El proyectil recuperado, según afirmó el
GBI, coincide con la pistola que blandía Terán y que había comprado
supuestamente en septiembre de 2020. Hasta el momento, no hay imágenes ni audio
que corroboren esto.
Asimismo, la GBI indicaron que no había videos disponibles
del tiroteo, pero recientemente, la policía de Atlanta reveló un material
audiovisual de cámara corporal en donde se captura una ráfaga de disparos y que
ponían en duda la tesis policial sobre el policía herido.
Esto llevo a que la familia solicitase una segunda autopsia,
la cual reveló que el activista estaba en el suelo en posición de loto, con la
espalda erguida y las manos en alto cuando murió, recibió 13 impactos de bala,
de distintas armas.
Las manos de Páez Terán presentaban heridas de salida de
bala en ambas palmas y no se registró rastros de pólvora en sus manos, lo que
significa que no disparo.
Debido a las denuncias y diligencias para denunciar su
posible ejecución, sus hermanos han recibido amenazas por teléfono, buscando
intimidar a la familia en su labor de exigir justicia. Sus abogados exigen a las autoridades
administrativas acceder a información para establecer responsabilidades en un
juicio y afirmaron que:
- La familia a pesar de sus peticiones, no ha recibido el resultado de la primera autopsia y que tampoco tiene información adicional acerca de la muerte de su familiar.
- Las autoridades tampoco han querido reunirse con la familia.
- Se desconoce el nombre de los seis policías que dispararon.
- Es sospechoso que las autoridades no entreguen el video de la cámara corporal de los funcionarios involucrados.
Estas inconsistencias judiciales en un caso tan delicado y
de repercusión mediática hacen sospechar que estamos frente a una ejecución
policial. Para continuar con las investigaciones y el proceso judicial contra
los posibles responsables, la familia de Manuel Páez Terán organizo una página
de Gofundme en la cual puedes colaborar. https://www.gofundme.com/f/for-family-of-manuel-tortuguita-paez-teran
Sin embargo, existen muchas formas de apoyar de forma
pacífica a sus familiares, sobre todo denunciando la muerte de Tortuguita en
Venezuela. Recordando su ejemplo y praxis para exigir una vida digna, solidaria
y cercana al medio ambiente en nuestro país.
Como venezolanos y defensores de derechos humanos es importante exigir justicia en cualquier parte del planeta. La falta de información gubernamental, los antecedentes de violencia policial y la convicción de la inocencia de Tortuguita por parte de sus familiares, nos obliga exigir justicia para él, como lo hacemos por las víctimas de ejecuciones policiales o de la Rebelión Popular del 2017.