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jueves, 10 de noviembre de 2016

#DesdeAbajo: “Me niego a creer que estos dos candidatos representen al pueblo norteamericano”

Rodolfo Montes de Oca

Desde abajo, es una serie de entrevistas que busca abordar las elecciones presidenciales en #USA bajo una óptica distinta, haciendo énfasis en los movimientos sociales y los grupos de base que no se ven representados en esta elección. En esta entrega hablamos con Benjamin Wood, defensor de los derechos humanos de inmigrantes indocumentados en el Sur de #California y fundador de CopWatch IE; Ha colaborado en la realización de varias Ferias del Libro #Anarquista en Los Ángeles, y ha escrito decenas de artículos sobre los movimientos sociales para el Indymedia de esa ciudad. En su tiempo libre le gusta escuchar música soul, jugar capoiera, y estudiar los calendarios mesoamericanos precolombinos. Aquí te dejamos una perspectiva distinta del #ElectionDay

¿Cómo ves estas elecciones presidenciales?... Trump y Clinton, ¿dos caras de la misma moneda?

Esta contienda presidencial nos ofrece lo peor de lo mismo de siempre: O la máxima representación de la extrema derecha, con su racismo abierto y toda la gama de políticas para hacerle más rico al rico, o por otro lado, la máxima representación del neoliberalismo, con careta feminista y actitudes pro-gay, pero con la misma finalidad de una política interna y externa para beneficiar el complejo militar y Wall Street. Gane quien gane, pierda quien pierda, la élite capitalista sale ganando.

¿Cómo ves el tema la política de inmigración de ambos candidatos?... ¿Uno abiertamente xenófobo y otro que es la continuidad de Barack Obama?

Mi trabajo día por día es con y por la comunidad inmigrante, en particular la que no cuenta con papeles, así que este tema es de mucho interés para mí y mis colaboradores. Obviamente existe el peligro de deportaciones masivas con la elección de Trump, al igual que la exclusión de nuestros hermanos y hermanas musulmanes. Tal vez le cueste hacer un cambio a la ley que gobierna la entrada de inmigrantes (como en el caso de la gente musulmana) porque eso lo maneja el congreso, pero la deportación lo puede lograr nada más con su poder ejecutivo. Existe mucho terror en estos momentos.

Por otro lado, la comunidad inmigrante tiene muchas esperanzas que con la elección de Hillary se posibilitará una reforma migratoria. Los que trabajamos el tema tenemos miedo que cualquier avance que otorgue un estatus legal vendrá a cambio de una serie de medidas anti-inmigrantes, como militarización fronteriza e incrementos en la detención migratoria.

Pero a mi ver, el mayor riesgo a nuestra comunidad inmigrante no queda ni con poderes ejecutivos ni con nuevas leyes anti-inmigrantes, sino con los seguidores rabiosos de Trump, quienes, empoderados con la llegada al poder de su héroe, soltarán una guerra sucia en contra de musulmanes, inmigrantes y activistas. Es gente con la que hemos chocado en las calles del Sur de California en manifestaciones y en algunos casos, casi batallas. Vienen armados, no sólo con armas de fuego y armas blancas sino con una ideología que justifica el uso de violencia y una propensión para el uso de violencia racista. Apenas este fin de semana pasada una compañera nuestra fue atacada y golpeada en una protesta por uno de ellos, un ex-policía que andaba armado con pistola clandestina. Y si el Departamento de Justicia está en manos de Trump, estos delitos que ya van en aumento quedarán impunes.

¿Cómo se está organizando la raza en USA?... ¿Los comentarios de Trump sobre México han calado en los electores norteamericanos?

Hay diferentes tácticas. Las organizaciones están promoviendo fuertemente la ciudadanía para las personas que califican por ella--y hay muchas. Ahora ya no es tanto para que voten sino para prevenir su deportación.

Otra cosa que se está haciendo son las protestas contra Trump en sus presentaciones y en contra de sus adherentes cuando manifiestan su odio. Ha sido importante mostrar que hay y continuará habiendo resistencia.

A la vez sospecho que la gente se está armando muy calladamente en preparación de la oleada de represión que vendrá con el trompudo.
Y no hacen falta norteamericanos de ascendencia europea quienes repudian la retórica odiosa de Trump. Vociferan y están instando a sus familiares y compatriotas a votar por Clinton.

Me niego a creer que estos dos candidatos representen al pueblo norteamericano,

¿Por qué no hay alternativas al bipartidismo?

Tenemos que tener en cuenta que el índice de abstención en los EEUU es uno de los más altos en el mundo industrializado. Y no lo veo como consecuencia ni de la apatía ni del conformismo sino una desconfianza en el sistema en general. Y una buena parte de esa desconfianza surge a raíz de que no hay ninguna alternativa al bipartidismo, ni mucho menos ninguna alternativa a las elecciones. Me inspira mucho que la campaña de Bernie Sanders haya llamado tanta atención, en especial entre la juventud, porque la juventud es la que siembra alternativas para el futuro. Les va a costar mucho trabajo no desilusionarse con la pérdida de su candidato y darse cuenta que el cambio viene a través de la lucha cotidiana y no a través de un mesías, y probablemente mucho más trabajo aprender que una sociedad justa y humana la tendremos que forjar al exterior del sistema capitalista y del patriarcado. ¡Pero por eso estamos en lucha!

Para cerrar, ¿Qué le dirías a tus hermanos del hemisferio sur que piensan que USA es igual a racismo y xenofobia?


No voy a negar que exista un fuerte racismo incrustado en nuestro país. Al fin y al cabo, es una nación nacida sobre suelos robados. Y como les digo, hemos enfrentado este racismo violento en los ayuntamientos y en las calles. Hasta a mí me han golpeado también. Y a pesar de que los más visibles de la extrema derecha, como los neonazis y el Ku Klux Klan, sean una minoría muy pequeña, la historia y la experiencia demuestran que la mayoría de la comunidad eurodescendiente más prefiere recibir el privilegio racial que aliarse con sus hermanos de color con quienes comparten un interés basado en clase económica. Pero no por eso podemos perder esperanza. Con el cambio demográfico, la proporción de personas de razas oprimidas va afectando poco a poco tanto el electorado como las políticas públicas de este país. También, como menciono, la juventud es mucho más progresista y consciente que sus papás o sus abuelos. O sea, a pesar de que hay un racismo arraigado, siempre ha habido lucha en su contra, y esa lucha continuará y se hará más fácil con el tiempo. La advertencia sería que no podemos permitir que el avance económico y político de personas de color nos haga olvidar de nuestro compromiso con la clase trabajadora o de nuestro deber de solidarizarnos con todos que sufren de la opresión.