domingo, 21 de diciembre de 2014

Art. de Opinión: “Venceremos” entre niples y Grafitis

Rodolfo Montes de Oca

Caracas a comparación con otras metrópolis y capitales es una ciudad bastante gris que puede pasar desapercibida debido al estado de indigencia a la cual la han llevado sus gobernantes. Sin embargo de vez en cuando, algún grafiti suele distraer la mirada de los transeúntes. Por estos días la ciudad esta adornada con una consigna “Libertad para Juancho Montoya, es un revolucionario”

La expresión habla por si sola, en la República Bolivariana, todo aquel que es “revolucionario” esta ausente de un juicio, pero el resto de la población y me refiero especialmente a las miles de personas recluidas sin previo juicio en el sistema de prisiones nacional. Pareciese que pertenecer a un “club revolucionario” es la patente de corso, para joder a los demás.

Juan Crisóstomo Montoya González, mejor conocido como “Juancho”, es un activista del 23 de Enero, al cual se le involucro con el Frente Guerrillero Venceremos, un grupo al cual se le atribuyó la colocación de 3 explosivos en diferentes partes de Caracas y un cuarto ataque explosivo contra el edificio de Fedecamaras en el cual resulto muerto Héctor Serrano, otro “militante” del 23 de enero que hacia de policía ad honoren y que muere al colocar el explosivo.

Pero lo asombroso es que Juancho es un policía.  Lo cual despierta una suspicacia en cualquier persona. ¿Un subversivo que trabaja en la policía? O es que en la Quinta, ¿ser revolucionario implica también ser represor?, esto se desprende debido a que fue detenido mientras cobraba el cesta ticket, lo cual demuestra su cercanías con Policaracas, la misma policía que no solo persigue a estudiantes sino que cobra peaje y roba a los vendedores ambulantes. No solo eso, sino que su función en la institución era  oficial de contrainteligencia, es decir, era un “sapo”.  En tiempos de camaleones, no basta con etiquetarse sino llevar una practica cónsona con las ideas que dices profesar.

Según recojo de varios portales web, Juancho es un hombre de una notoria participación en los grupos del 23 de Enero. Aunque es de destacar que su vida esta signada de vacios y de la clásica “mitomanía” de la izquierda criolla, llevándolo a protagonizar todos los sucesos de convulsión nacional de mayor importancia (caracazo, los golpes del 92, 11-A, paro petrolero y pare de contar)
Periódicos como el Universal asoman inclusive que es el “comandante Murachi” del grupo armado “Carapaica” y que su detención es un pase de factura debido a las declaraciones de este grupo contra el gobierno. Por su parte su hermano Johnny Montoya, que es funcionario activo de Policaracas informo que se trata de una retaliación del director de esa institución, Renny Villaverde, debido a los actos de corrupción que denunciaba Juancho. Valla a saber usted, cual es la versión real.

La detención de Juancho pone en relieve, una situación publica y notoria, que es la de que este gobierno o cualquier otro esta dispuesto de desasearse de sus seguidores cuando no les interese su relación. Se me viene a la mente, el caso de Ilich Ramírez Sánchez, hoy en boga en el gobierno, extraditado por Sudan a Francia cuando ya no les era útil. O el de la Comandante Manuitt que paso unos buenos años en los tigritos de la DISIP.

Espero que dentro de los colectivos que hoy brindan su apoyo incondicional a Juancho, extiendan su mirada y se solidaricen también con otros presos políticos como Rubén González y Sabino Romero, que en un pasado también creyeron en un proceso de cambio que hoy los encerró.  La solidaridad con los presos políticos no es algo coyuntural, sino una postura ética de los verdaderos revolucionarios.