Rodolfo Montes de Oca
La primera vez que
escuche de un “equipo de futbol anarquista” fue por un compañero que visito Sao
Paulo y entre los recuerdos que trajo, vino de contrabando una foto del “Autônomos
Futebol Club”. Aunque me pareció algo curioso, quizás consonó con el espíritu
carioca, no le preste mucha atención hasta que en San Francisco, un abogado
amigo que trabajaba en el Pier 5 Law Office, me comento que jugaba futbol en un
“anarchist club” al cual habían
bautizado con el nombre de “Kronstadt” en honor a los mártires caídos en la
ultima rebelión libertaria contra el dominio bolchevique en Rusia.
El futbol como
deporte de amplia trayectoria fue jugado en un principio por el proletariado y
las clases mas desfavorecidas de la sociedad. Era una forma de integración y
ayudaba a desarrollar un sistema en equipo, lo cual permita una camaradería
entre los jugadores. Es con el desarrollo del sistema capitalista y con la
posterior mercantilización del mismo que empieza a vivir una doble dualidad:
una forma reconocida y amplia de generar riquezas y una forma incluso de
ascender socialmente en los estratos sociales. Convirtiéndose en una profesión
y en un potencial mercado de propaganda y publicidad.
Pero en este artículo
no hablaremos de eso, sino de ese otro futbol que cariñosamente llamamos
“caimaneras” y que en más de una oportunidad los jugadores con tal de compartir
deciden pasarse olímpicamente las reglas del juego, contra toda autoridad.
Poca gente sabe que
alguno de los primeros clubs de fútbol en Brasil fueron fundados por
anarquistas que vivían en el país o por emigrantes europeos que la profesaban.
Por ejemplo, en la ciudad portuaria de Santos, a la cual el historiador Edgar
Rodríguez, bautizo como la “Barcelona de Brasil” fue cuna del Libertarios
Futebol Clube, que vestía (¡como no!) de rojo y negro. Los viejos vecinos del
barrio de Campo grande, donde tenía su sede el equipo, todavía cuentan
historias sobre aquellos primeros partidos de comienzos del siglo XX. En la
actualidad existen dos equipos herederos
de la tradición el Autonomous y el Primeiro de Maio.
En Argentina, algunos jugadores anarquistas llegaron a vestir la camiseta albiceleste
de la selección nacional. Y es que en Argentina, la ligazón entre fútbol y
revolución estuvo bastante arraigada. Muchos equipos de barrio fueron fundados
por socialistas y anarquistas de principios de siglo. Por ejemplo, el
Argentinos Juniors se llamó en sus primeros años de vida "Club Mártires de
Chicago" También podemos citar al "Porvenir", de la misma
corriente ideológica o al más conocido Chacarita Juniors que nació un 1 de Mayo
de 1906 en una biblioteca libertaria. Más aún, el Newell´s Old Boys fue fundado
en homenaje a Newell, otro militante anarquista. ¿Sus colores? Nuevamente el
rojo y el negro. Casi todos sus adherentes eran miembros de la central
anarcosindicalista FORA.
En México el Atlas que juega en la primera división tiene
un escudo rojo y negro con una "A" blanca en el medio, por su parte
el EZLN cuenta con su propio equipo de futbol al compas de rancheras y capucha,
llegando incluso a cuadrar un partido con el Internazionale de Milán. En
Croacia el "Hajduk Split" fue fundado también por libertarios, y
originalmente se llamaba "Anarkho". En España equipos como el
Barcelona o Atlético de Bilbao fueron símbolos de resistencia anti-franquista
durante mucho tiempo. Sin embargo el mas celebre de todos los equipos europeos
es el St. Pauli de Alemania que se considera así mismo como un equipo
antifascista y que este año quedo de segundo en la Bundensliga. Hoy me recuerdo
de un joven que se paseaba con un suéter de ese equipo en San Francisco.
En Norteamérica ha nacido una iniciativa que se propone retomar el
fútbol para la comunidad. Se trata de las Anarchist Soccer League. Siendo incluso el partido mas concurridos los
celebrados por el Krontrand Football Club (anarquistas) y el Left Wind (comunistas)
así que los anarquistas se juntan y juegan al fútbol. Como decimos: "¡Si no puedo jugar al fútbol, no quiero nada con tu revolución!". "